lunes, 24 de enero de 2011

Carlos Rueda, "El Capo".

 

Nombre: Carlos Alberto Rueda Bustamante.

Alias: El Capo.

Nacionalidad: Colombiana.

Edad: Desconocida.

Domicilio: Desconocido.

Profesión: Negociador.

  Lo sé, estáis aterrorizados. Estoy seguro que habéis visto esa foto colgada en cualquier comisaria de policía o aeropuerto. Es uno de los delincuentes más buscados por la CIA, FBI y la Policía Local de Pozuelo de Alarcón. Yo desde que lo conocí hace ya más de cuatro años, no duermo por las noches. No puedo hablar, corro peligro. Esa mirada fija y esa sonrisa perpetúa me dan pavor. Lo último que siempre me dice es "Cuídese". ¿Será esa palabra un aviso?.

  "El Capo" es uno de los nuestros. Es un tipo genial, único, independiente y muy, muy inteligente. Domina a la perfección el inglés, el francés, el castellano y el colombiano. Ingeniero de profesión y waterpolista de vocación. Carlos es un viajero a la antigua usanza. Hoy en Portugal, mañana en Alemania o Austria y pasado en Venezuela. Posee la doble nacionalidad conseguida gracias a las gestiones de Ivan Zipancic (otro de los nuestros). "El Capo" tiene la misma edad que el Papa Benedicto XVI pero un alma de un niño de ocho años.

  Carlos es de esas personas que uno merece conocer y yo tengo esa inmensa suerte. Me encanta verle venir a entrenar, y más aún hablar con él de cualquier cosa. Me aporta cosas muy interesantes para mi desarrollo como persona. Raro es el día que o antes, durante o después del entrenamiento, no nos echemos unas risas por cualquier cosa. Conocí a Carlos hace cuatro años cuando empezó la historia del Waterpolo Turia en Primera División. Vino de la nada y apareció en Nazaret un día de octubre, a poco de empezar la temporada. Vino a ayudar y a seguir disfrutando del waterpolo. Ese mismo día de su presentación me dijo "Y ante todo, darle las gracias por la oportunidad y se lo demostraré con puntualidad y asistencia". Y así ha sido durante estos años, eso si, si consideramos que la asistencia se refiere a dos días semanales y la puntualidad al desfase horario con su patria colombiana, pues si, ha cumplido. Así que desde su andadura con nosotros, Carlos de manera muy subliminal siempre me engaña. Cariñosamente, pero me engaña. E incluso me lo paso bien, la verdad. Un día a principio de conocernos, un martes, me llamó por teléfono diciendome que llegaría en cinco minutos a entrenar. Pensé, "que atento este hombre, son las 19.50h y me avisa que se ha retrasado". Y así fue, cumplió su palabra y llegó a las 19.55h, sólo que había un pequeño matiz ..... llegó el viernes, ¡dos días después!. Evidentemente cuando llegó le eché la bronca y entonces me dijo "Cuídese". Mensaje captado, jeje. Así que desde entonces tenemos una gran relación, él me miente sobre si va a venir o no y a que hora, y yo hago que me lo creo. Esta concesión sólo la tengo con "El Capo", es diferente porque es único.

  Cuando vino, Carlos jugó de boya y así estuvo todo el año que duró la liga. Descendimos. Ya en segunda, vuelta de tuerca y a marcar al boya. Espectacular su año. Ascendimos. El año pasado, con el equipo de nuevo en Primera, Carlos jugaba y juega, en el B, nuestro segundo equipo, pero aún así nos ayudó en tres partidos con el A para poder consolidar la segunda plaza y con ello, poder jugar la promoción a División de Honor. Ahora ya sólo en el B, ayudando a los más jovencitos a madurar y ha vuelto a sus orígenes, a la posición de boya. Sigue disfrutando.

Pedazo de equipo. Campeones de Segunda Nacional.

  Una de las situaciones donde más disfruto de "El Capo" es en los partidos de entrenamiento entre nosotros. Me pone a todo el equipo marcando. Nada fuera de lo normal si estamos hablando que cuando Carlos era joven y jugaba en Colombia, solía llevar alfileres en su bañador para utilizar sólo en momentos de urgencia. Me gustaría saber cuanto tiempo duraban esos momentos .... "¿5 minutos, Carlos?". Pues bien, los atiza a todos pero lo mejor es que lo hace sin darse cuenta (a mi ya no me engañas, jeje). Así que cuando uno le devuelve un golpe viene lo mejor. Dice algo en un colombiano arcaico, golpea su puño derecho en su palma izquierda, ladea la cabeza hacía un lado y se sumerge hacía su víctima. Durante los cinco minutos siguientes, dejo jugar,jeje.

  "El Capo" es un ejemplo para todos nosotros, para mi el primero. Tengo envidia sana de él. Disfruta de algo que yo no puedo hacer. Yo siempre quise jugar hasta los cuarenta años o más, y poder disfrutar de mis últimos momentos como jugador, en mi caso, en Horta, mi club de pequeño. Echo mucho de menos jugar pero cuando los proyectos y por ende, el colectivo te reclama, lo individual carece de sentido. Por ello, cuando veo al Capo jugar, me imagino en su lugar y yo de esta manera también disfruto.

Y sin amenazada.
Yo de mayor quisiera ser como "El Capo". Siempre se lo digo. Ojalá te tengamos para muchos años ... "Cuídese".


Pd; Si le decís que venís de parte mía, os hará un gran descuento.

http://www.wpegasus.com/

3 comentarios:

  1. antonia dijo...
    Aunque tarde, te felicito por esta idea, javier ( toci como cariñosamente lo llamais todos)me hablo de esto y lo he estado leyendo, gracias por todo lo que haces sobre todo por los chicos.

    24 de enero de 2011 00:38

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  2. ...de esas gestiones, nombradas más arriba, ya se volverá a hablar...un día...
    cuídese....jejejeje

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  3. El eje colombiano-montenegrino: que miedo!

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