viernes, 25 de octubre de 2013

Tercera jornada de liga y un poco de Alex de La Torre.

  Seré breve en relación a nuestro tercer envite de liga. El rival un recién ascendido aunque posiblemente el equipo más histórico de Francia, El Racing de París. Si sales de noche por la puerta principal de su piscina, podrás observar a escasos ochocientos metros la maravillosa y brillante Torre Eiffiel iluminada. Ha sido recordar en estas líneas la hermosura de París y he sentido nostalgia. Vivimos momentos muy bonitos en familia que recordaremos eternamente.

  Y mientras conservamos esos recuerdos, nuestro trabajo deberá ser llevarnos los tres puntos sin tanta tensión y dramatismo como ante Charenton. Racing a día de hoy de glorioso sólo tiene el pasado y los políticos de renombre que suelen pasearse por sus singulares piscinas, porque sin duda se trata del rival más débil de la categoría aunque en el deporte todo debe jugarse. El partido me servirá para seguir rotando entre los 20 jugadores que tengo en plantilla y poder dejar fuera a tres de los importantes, entre ellos, Arnaud Barriere, máximo goleador del encuentro pasado con cuatro goles. De hecho, excepto uno de mis jugadores que aún no ha podido debutar por problemas de licencias, con estos tres primeros partidos de liga ya habrán debutado los otros 19 jugadores. Bravo por ellos. Así que la victoria se presenta obligada y la experiencia me dice, que a veces en estos partidos te acabas liando más de lo que se aconseja. 

  Por otro lado y el lunes o martes incidiré sobre ello aunque con retraso, vaya duelos Primorje-Szolnoki y Recco-Red Star de Euroleague. ¡Madre mía! Y son para entrar en la fase buena de grupos donde ya está la Barceloneta. Vaticino pase cómodo de Recco y algo más sufrido la de mi amigo Xavi García. Y en Euro Cup encontramos a cuatro equipos franceses en plena faena. Y de los cuatro, Sète, el equipo de menor potencial francés, en el grupo más asequible en la Valeta, Malta. 

  Acabo con un grande, Alex de La Torre. Pocos o nadie lo conocerá pero si alguno confía o ha confiado alguna vez en mis dotes de entrenador, que me crea cuando os digo que en mi vida he visto un jugador con tanto potencial como él. Un auténtico animal de la naturaleza capaz de tirar auténticos thomahaws a 200 km/h. Desgraciadamente Alex nació en la peor comunidad española para hacer waterpolo, la de la Com.Valenciana. En un equipo que tiene una piscina donde en una mitad el agua te llega por la cadera, y que su cabeza y la de sus padres no estaba para dedicarse de pleno a este deporte. Empezó además tarde a practicar este deporte, y cuando yo lo descubrí al poco de estar en Valencia y ocuparme de los chavales, lo fui inmediatamente a buscar a Godella, su club. Disfrutamos todo de dos años increíbles y para el recuerdo unas semifinales juveniles de una preliminar del Campeonato de España, disputadas en Bilbao, y donde nos tocó en las mismas una bestia llamada Mataró, posiblemente el mejor equipo del 90 (como los catalanes decían y no entendían su cuarto puesto en liga) de la liga catalana. Dirigidos por Dorin Costras y Beto Fernández, tenían al mejor portero de la edad, Mario LLoret y al mejor boya y jugador de la liga con diferencia, Alex Codina. Seguro que con estos datos el que sabe y entiende dará importancia al logro. Ellos eran en su mayoría del 90. Nosotros sólo teníamos a uno, a Alex, pero este valía por diez Codinas y veinte Lloret. El resultado final (en uno de los tres partidos en tierras españolas que yo siempre recordaré para siempre) 10-9 victoria para nosotros con remontada incluida. Esta bestia espartana llamada De La Torre les metió cinco zambombazos que aún retumban en las paredes de Askartza. La grada entregada a cuerpo y alma a De La Torre, no paraba de cantarle "Alex, selección, Alex, selección". Lo que muchos no saben es que la noche de antes a ese increíble partido, Alex como bebé que necesita a su madre, llamó a sus padres a casa para que lo fueran a recoger y no disputar el partido. ¿Por qué? Porque le di una charla de cinco minutos donde le dije que no había conseguido aún nada en el waterpolo y que no podía ir de sobrado y faltando el respeto a los rivales (cosa que sólo hizo una vez y un segundo pero que era suficiente para apretarles las tuercas, ya que yo tenía claro que a Mataró, sólo se le podía ganar en un partido de un millón jugados....y el equipo necesitaba que la furia despertase). Y vaya si despertó....

  Escribo esto de De La Torre porque es la típica historia de alguien que podría haber sido todo y no quiso serlo. Espero con esta breve historia que sirva de ejemplo para muchos con un futuro brillante por delante pero que deben darlo todo en cada segundo de su vida. Y lo mejor, Alex me llamó el otro día (me llama Sensei, jeje) ya que según él no me encontraba por ningún lado y llevaba tiempo detrás de mi. Me citó para vernos en Navidades y recordar viejos tiempos, y que también se apuntaran Jimmy o Pablete. Me alegra una vez más, tener tan buen feeling con la gente que he trabajado con anterioridad (ya no debe hacerme la pelota para jugar, jeje) y haberles dejado huella, porque ya os aseguro que a mi me han dejado (la huella) y mucha. 

2 comentarios:

  1. Si la gente tuviese más criterio... también te llamaría Sensei!!!!
    Al final uno se da cuenta de que (casi casi) siempre que abrías la boca enseñabas algo, alguna lección vestida de severidad...de esas que te llevas tatuadas como dogma y te guían a la perfección.
    Por cierto, estoy convencido de que Leónidas se apellidaba Rodríguez.
    Te esperamos en navidades, como al turrón!!!!

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  2. Muy grande, Alex. Ya te lo he dicho muchas veces, pero el día que me retire de esto lo que más recordaré es haber tenido la suerte de poder conocer y entrenar a gente tan maravillosa como tú. Es raro que alguien tan agradecido como tú haya nacido en esa región valenciana, jeje.

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