Poder hablar de Mefroto me produce una gran satisfacción personal. No sólo por haber sido un buen jugador sino porque lo considero un AMIGO en mayúsculas. Es de lo mejor que conozco en este mundo. Quizás una de las razones es que Raúl y yo nos conocemos desde que empezamos a jugar a esto del waterpolo con apenas ocho años, en la U.E.Horta. Desde muy pequeñitos fuimos compartiendo mil una vivencias de todo tipo hasta llegar a nuestro último año de junior (lo que ahora sería la categoría juvenil). Un verano después yo me marché a Poble Nou y sólo un año después volvimos a coincidir esta vez en División de Honor. En esos dos años que volvimos a jugar juntos estrechamos aún más nuestra ya de por si, gran relación. Más tarde cuando el Poble Nou tuvo que renunciar a las ligas nacionales, Raúl fue fichado por Terrassa (donde Rafa Aguilar era por entonces el entrenador) y yo me fui a Valencia. Y sólo otro año después, Mefroto también fichó por el Valencia. En la capital del Turia pasamos juntos (aquí incluyo también a Jordi Millán) dos años maravillosos. La cantidad de historias o anécdotas son de lo más dispares, jeje.
Es un hombre elegante. Los trajes son gracias a él. |
Como persona Raúl es maravilloso. Honesto, leal, bromista pero con un humor muy genuino, extrovertido, muy amigo de sus amigos. Todo aquel que conoce por primera vez a Raúl, se parte con él y sus innumerables chistes o deferencia hacía aquello o lo otro. Yo, como lo conozco desde hace tanto tiempo, mientras los demás se mueren de la risa, callo y respiro profundamente mientras pienso "otra vez la misma broma" o "¡pero no cambiará el tío su repertorio!".
Raúl en la mítica piscina de Horta. |
Como jugador un diez, tanto en disciplina, humildad y ambición. Fue un ganador, muy rápido y versátil. De entrada eléctrica (cuantos goles habrá marcado él a pase de Dani García de esta manera..) de posición dos hasta dos metros. Siempre jugaba al máximo, era una pesadilla en defensa buscando constantemente el robo de balón cogiendo de la muñeca al atacante (su preferida) o sin coger. Muy intenso en la transición especialmente de defensa a ataque y las contras eran frecuentes en su juego. Nadar, lo que se dice nadar, nadaba una tira. No era el prototipo de un jugador de waterpolo (aunque he de decir que en este país...¿quién tiene el prototipo?) ya que no era grande aunque estaba muy fibrado y tenía fuerza. Tenía un gran lanzamiento a la primera tanto con balón controlado en el agua como lanzando a la primera después de un pase. Siempre se levantaba casi hasta las rodillas y dominaba mucho el lanzamiento con bote. En sus últimos años inventó el lanzamiento de rosca con bote...si,si, aún me estoy muriendo de risa viendo como ensayaba cada día ese tiro en los entrenamientos.
Recuerdo la "broma" pesada que le hacía cada partido jugado en Valencia, Signes, cuando aún estábamos en primera. Nunca le hacía jugar de titular, nunca. Siempre ponía en su lugar a un canterano para que la directiva y afición viesen que se invertía mucho en los de la casa. Algo que sería muy coherente sino fuese porque en todos los partidos que jugábamos como visitante, Raúl no sólo era titular, si no que jugaba los 32 minutos y su sustituto en los partidos de casa ni se tiraba al agua. Al año siguiente, ya en la máxima división, Raúl jugaba los 32 minutos de cada partido.
A final de mayo del 2004, Mefroto negoció con el club un nuevo contrato (de hecho, ese año se acaba un ciclo y a todos nos tocó negociar nuevas condiciones). Él pidió 10 y el club le ofrecía 6. Lo normal. Ambos querían seguir con el proyecto y como se hace en estos casos, ni 10 ni 6, 8 y firmamos. Pues el día señalado para la firma, incomprensiblemente no se le renovó y tuvo que irse de Valencia. Raúl no se merecía un trato así. Dio mucho al club. Vino en Primera y lo subió a División de Honor. En la máxima división se quedó octavo y se jugó la Copa y los Play-off de liga. Entrenó bien. Jugó bien. Metió muchos goles y se llevaba muy bien con todo el equipo. Hubiese preferido perder un brazo en ese momento a cambio de no ver a un amigo salir por la puerta de atrás de un sitio donde tanto dio. A mi me hubiese encantado tenerle en mi equipo. Encajaría perfectamente en mi sistema.
Un hombre feliz. |
En estos momentos, Raúl vive en Lanzarote con su mujer y su hijo, Sebas. Como persona muy inteligente que es, nunca dejó de lado sus estudios mientras competía a buen nivel (jugó la Universiada de China, por ejemplo). Ahora es empresario y vive bien, muy bien. Se lo ha currado y además se lo merece. Y le gusta tanto el agua que ya que no puede seguir jugando a waterpolo, ahora se dedica a nadar con los masters en natación. ¿Os acordáis que hace unas líneas más arriba dije que nadaba un rato? Hace poco menos de dos meses durante el Campeonato de España de Masters, en Pontevedra, se colgó un par de medallas de oro. Apenas tiene tiempo para entrenar un par de horas a la semana pero aún así hizo 56 segundos en 100 crol. Ya le gustaría al mejor de mis chavales, acercarse siquiera un poquito, jeje.
Pd I ; Sólo él puede explicar porque le llamamos el Mefroto.
Pd II; Aún recuerdo como si fuese ayer una de sus muchas salidas de humor en aquellas interminables sesiones de hombre de más (de más de una hora) con Signes. El mister le preguntó debido a un pase equívocado "¿Cuál es la distancia más corto entre dos puntos?", a la que Mefroto respondió sin vacilar "¡qué pregunta más fácil, qué soy universitario! La parábola". Diez minutos donde nadie podía parar de reír, hasta el mister y aquello ya era dificil.
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