viernes, 6 de mayo de 2011

Ignacio Lobera, "Lobo".

  No sé que me deparará el futuro, pero no puedo negar que en mi pasado waterpolistico (si se puede decir de esta manera) he sido muy afortunado. Me crié en el mejor club posible, en Horta. Tuve ahí a los dos mejores entrenadores que uno puede tener en su aprendizaje, Tomás y Suso. Jugué con uno de mis tres grandes ídolos, Chava. Y sobre todo, he tenido la fortuna de conocer y poder compartir bonitas experiencias con muchísimos amigos, con grandes jugadores y con muy buenos entrenadores.

Debería estar en el "Hall of Fame" del waterpolo.

  De entre todas esas experiencias hay una, que como diría el conocido Mourinho, estaría en mi "top". Conocer a Lobo fue el no va más. Un maño espectacular. Con Lobo por desgracia sólo pude coincidir un año en Poble Nou ya que esa temporada fue su despedida como jugador de waterpolo. De él aprendí casi todo. Yo salí con 18 años de Horta en Primera, dispuesto a probar la experiencia de jugar con los mejores pero con el debido respeto a una experiencia mayor a la que vez que exigente. Mi destino era el Poble Nou, un equipo de auténticos veteranos de la guerra del Vietnam como el mismo Lobo, Esforzado, Gomá, Serracanta o Trojan. Recordamos que Poble Nou fue el primer equipo de Ivan Pérez en España antes de recalar en el CNB. Era un destino un poco arriesgado ya que iba a un equipo que llevaba dos años en estado muy convulso debido a los típicos problemas económicos (una historia que se repite una y otra vez en la mayoría de plazas, gracias al típico dirigente que cuando tiene tres gasta seis, y así no hay futuro que valga). Por lo tanto me iba a encontrar en teoría a una serie de jugadores muy quemados y con pocas ganas de ilusionarse por algo. Justo lo contrario, desde el primer día me encontré un equipo con ganas e ilusión, de demostrar que aún les quedaba mucho waterpolo por delante si les dejaban mostrarlo. Y por suerte para mi, desde el primer momento encontré en Lobo y Esforzado, a dos personas sensacionales dispuestas a cuidarme y a enseñarme todo lo que sabían. De Esforzado hablaré en su momento, ahora me quiero centrar en Lobo, quien fue mi auténtico maestro en el agua.

  Hasta poco antes de recalar yo en Poble Nou, aún conociendo de vistas a casi todos los jugadores de la máxima categoría, puedo decir que yo sentía devoción por los jugadores de la selección, nada más. Y seguramente de no haber tenido la fortuna de jugar en Poble Nou, de Lobo sólo hubiese tenido la sensación de ver que era un jugador normalito, simple y llanamente. Pero...¡madre mía!, Lobo era un "¡jugón!". Tenía varias virtudes que ya pagaría mucha gente mucho dinero por tener sólo una de ellas. La primera de ellas era que su cabeza iba a muchas más revoluciones que la de la mayoría de jugadores de la liga. Era muy inteligente. Veía la jugada como lo puede hacer Iniesta o Xavi en el Barça ahora mismo, tres segundos antes que los demás. Además era muy listo que aunque parezca lo mismo, no significa lo mismo (valga la redundancia) que inteligente. Otra gran virtud era su excelente salida al contraataque. Mi memoria waterpolistica abarca desde Seul  88, hasta hoy en día. Pues puedo decir que Lobo junto a Marco Antonio González y Manel Estiarte, han sido los auténticos genios de la contra en este país. Lamentablemente este tipo de jugadores está poco a poco desapareciendo del panorama, y en su defecto van surgiendo jugadores de un mismo pérfil robótico; fuertes, grandes y de un desparpajo equivalente al cero patatero. Yo me considero muy romántico (mi mujer lo puede corroborar,jeje) y prefiero los jugadores de la calle pero con concepto de juego. Ahora mismo, creo que Dani Ballart es el último gran héroe en este sentido.
La tercera gran virtud de Lobo era su amenazada. ¡Espectacular!. Muy bonita y junto a la de Ballart, para mi la mejor amenazada que he visto en mi vida. Sin tener gran potencia en su lanzamiento, la verdad es que Lobo lanzaba muy seco y eso dificultaba mucho el trabajo al portero. Por último y como cuarta gran virtud (tenía más pero yo me quedo con estas), es que era y en la vida lo sigue siendo, un auténtico ganador. Jugador de mentalidad guerrera y donde nunca daba ningún partido por perdido. En definitiva...un crack en toda regla.

Lo que debe disfrutar su familia con él. ¡Grande!

  He de reconocer también que mi llegada al equipo fue un estímulo para Lobo. Salvando las distancias creo que vio en mi algo que le recordaba un poquito a él cuando era joven. Tenía desparpajo, trabajaba duro, tenía carácter competitivo y me gustaba el cachondeo y estar todo el día alegre y contento, al fin y al cabo, como tiene que ser un joven. Tuvimos muchas cosas en común y eso que él era quince años mayor que yo pero nos llevábamos y nos llevamos actualmente, de fábula. Además tuve la suerte de jugar todo el año al lado de él en 4/5. A diferencia de cuando jugué con Chava, donde él era un cuatro claro y de ahí no se movía, con Lobo teníamos una alternancia de posición increíbles. Sin lugar a dudas, ha sido el compañero de fatiga con el que más me he divertido jugando y donde nunca parábamos de movernos y de buscar ocasiones en movimiento, sin olvidar, que ambos salíamos a la contra en cada jugada. Sin duda, me enseñó muchísimo. Otro de los grandes recuerdos que tengo deportivamente es que al acabar el año metí un gol más que él. Pero no por el simple hecho de quedar delante de él al acabar la liga, si no por el hecho que era él quien quería que así fuese. Siempre me decía "tú deja que me vengan a mi y aunque pueda fintar, tú tranquilo, el balón y el gol es para ti". Bufff.... ¡es que lo recuerdo como si fuese ayer!". Perdí la cuenta de la cantidad de goles que metí gracias a él y a Esforzado. Sobre todo en el hombre de más, donde Esforzado de uno, Lobo de dos y Trojan de cuatro, hacían de mi posición en cinco un auténtico paraíso.

  Con Lobo forjé una amistad que a veces, sólo jugando no se puede forjar por mucho que en el agua dos jugadores se entiendan tan bien. Por obra del destino, no sólo tuve la suerte de encontrarme al jugador perfecto para enseñarme a jugar y a cuidarme siendo tan joven, si no que dentro de la majestuosidad que es la ciudad de Barcelona, ¡Lobo y yo vivíamos a 100 metros de distancia! ¿Se llama a eso destino o casualidad?. Pues ahora vais a alucinar...Lobo vivía en la calle Aragón...¡Lobo es aragonés! ¿sabéis cuántas calles puede haber en Barcelona? Miles. Esto podría ser casualidad pero si os digo que yo vivía en mis últimos cinco años en Barcelona en la calle ...... (repican los tambores) VALENCIA!!! Alucinante, si señor.
Pero lo mejor de todo es el nombre de la calle donde vivo...es ya la repera..Actualmente vivo en la calle de .....

  Como os decía con Lobo me lo pasé genial. Cada mañana y cada tarde al acabar el entrenamiento, me llevaba a casa a bordo de su magnifica Shadow negra. Yo sólo tenía que que cumplir tres requisitos; el primero de todo es que yo me encargaba de tener mi casco de moto propio; el segundo es que nunca me olvidara el jabón olor albaricoque (¿por qué los veteranos nunca llevan ni jabón, gafas, gorro, etc, y se lo piden siempre a los chavales?jeje. Lo mejor lo hacía el Capitán General Gomá...pedía hasta el bañador y la toalla para secarse después,jeje); la tercera y última es que cuando él se cambiara (lo hacía en el vestuario de entrenadores) siempre tenía que estar preparado, que él nunca esperaba a nadie. La de veces que corrí un montón de metros porque siempre me despistaba en el vestuario escuchando lo que se iba a preparar para comer Salvatierra, jaja. No paraba nunca de hablar, jeje. Menos mal que existen los semáforos y ahí se paraba Lobo, que si no.
Por cierto, aparte del waterpolo, Lobo y yo teníamos una gran afición por entonces, nos encantaba el arte. No os imagináis el arte en las calles de Barcelona cuando llegaba la primavera. Brutal. Supongo que por este comentario me llevaré bien merecida una collejita de mi mujer, jeje, pero amorcito, eso era antes de aparecer tú en mi vida. Ahora tú eres el arte personificado.

  Con Lobo, también se fue uno de esos grandes veteranos que te educan, te enseñan, te motivan, te halagan y te dan la reprimenda cuando toca. Esto también se está perdiendo y los jóvenes que van llegando apenas saben que es eso, y sobre todo, no tienen ni idea del enorme respeto que había antes de los más pequeños a los más mayores. Una pena.
Recuerdo en mi primer partido oficial con el Poble Nou, fue la ida de los octavos de la Copa del Rey (antes se jugaba los 12 de División de Honor y los 4 mejores de Primera. Molaba mucho más) ante Terrassa. Yo estaba un poco "cagao" por ser mi primera vez (¿cuántas veces hay una primera vez para muchas cosas?) y nada más empezar el partido, atacábamos y a los pocos segundos perdimos el balón. Bien, Javi Aznar entonces en Terrassa, al igual que Pubill, Jordi Aliberch, el ucraniano Grachov o Robles entre otros, me cogió del gorro, me hundió y me pegó una patada en la cara que aún me duele creo, jeje. Luego salió a la contra y falló, enviando nuestro portero el balón al corner. Pues Lobo partiéndose de risa me dijo cuando me reincorporé a la defensa "Bienvenido a la División de Honor". Acábamos el partido 6-6. Metí tres goles. Al acabar me gané para siempre a Lobo y le pregunté en broma "¿Bienvenido a qué?, a la que me soltó "¡Así me gusta!" y me soltó un collejón de escándalo.

Waterpolo y Lobo. Un binomio perfecto. ¡Vuelve!

  De entre todas las cosas que me dijo, sólo una vez no le hice caso. Me dijo que un jugador llega a su cúspide a los 29 años. Lo dejé con 28, jeje.
Lobo tuvo la inmensa suerte después de jugar, de ser profeta en su tierra pero esta vez de entrenador del Plaza. Lo hizo muy bien a pesar que cogió un proyecto con una muerte anunciada, como así fue.
Grandes como él nunca deberían dejar este deporte y espero y deseo que la vida le devuelva al lugar donde se merece en este mundo a veces tan desagradable como el waterpolo. Tiene una mente privilegiada para este deporte y los jóvenes aprenderían lo máximo con él.

Eres el "puto" amo, Lobo. ¡Gracias por todo!

Pd; Sigo utilizando el mismo jabón de albaricoque,jeje.

Pd II; Amigos del Poble Nou, aún me debéis 240mil pesetas. ¡Págadme! En vez de llevar a vuestros jugadores del primer equipo con gastos pagados a Brasil a no se que hacer, sed personas y pagadnos a todos aquellos que e su día, lo dimos todo por ese club.