viernes, 6 de mayo de 2011

Ignacio Lobera, "Lobo".

  No sé que me deparará el futuro, pero no puedo negar que en mi pasado waterpolistico (si se puede decir de esta manera) he sido muy afortunado. Me crié en el mejor club posible, en Horta. Tuve ahí a los dos mejores entrenadores que uno puede tener en su aprendizaje, Tomás y Suso. Jugué con uno de mis tres grandes ídolos, Chava. Y sobre todo, he tenido la fortuna de conocer y poder compartir bonitas experiencias con muchísimos amigos, con grandes jugadores y con muy buenos entrenadores.

Debería estar en el "Hall of Fame" del waterpolo.

  De entre todas esas experiencias hay una, que como diría el conocido Mourinho, estaría en mi "top". Conocer a Lobo fue el no va más. Un maño espectacular. Con Lobo por desgracia sólo pude coincidir un año en Poble Nou ya que esa temporada fue su despedida como jugador de waterpolo. De él aprendí casi todo. Yo salí con 18 años de Horta en Primera, dispuesto a probar la experiencia de jugar con los mejores pero con el debido respeto a una experiencia mayor a la que vez que exigente. Mi destino era el Poble Nou, un equipo de auténticos veteranos de la guerra del Vietnam como el mismo Lobo, Esforzado, Gomá, Serracanta o Trojan. Recordamos que Poble Nou fue el primer equipo de Ivan Pérez en España antes de recalar en el CNB. Era un destino un poco arriesgado ya que iba a un equipo que llevaba dos años en estado muy convulso debido a los típicos problemas económicos (una historia que se repite una y otra vez en la mayoría de plazas, gracias al típico dirigente que cuando tiene tres gasta seis, y así no hay futuro que valga). Por lo tanto me iba a encontrar en teoría a una serie de jugadores muy quemados y con pocas ganas de ilusionarse por algo. Justo lo contrario, desde el primer día me encontré un equipo con ganas e ilusión, de demostrar que aún les quedaba mucho waterpolo por delante si les dejaban mostrarlo. Y por suerte para mi, desde el primer momento encontré en Lobo y Esforzado, a dos personas sensacionales dispuestas a cuidarme y a enseñarme todo lo que sabían. De Esforzado hablaré en su momento, ahora me quiero centrar en Lobo, quien fue mi auténtico maestro en el agua.

  Hasta poco antes de recalar yo en Poble Nou, aún conociendo de vistas a casi todos los jugadores de la máxima categoría, puedo decir que yo sentía devoción por los jugadores de la selección, nada más. Y seguramente de no haber tenido la fortuna de jugar en Poble Nou, de Lobo sólo hubiese tenido la sensación de ver que era un jugador normalito, simple y llanamente. Pero...¡madre mía!, Lobo era un "¡jugón!". Tenía varias virtudes que ya pagaría mucha gente mucho dinero por tener sólo una de ellas. La primera de ellas era que su cabeza iba a muchas más revoluciones que la de la mayoría de jugadores de la liga. Era muy inteligente. Veía la jugada como lo puede hacer Iniesta o Xavi en el Barça ahora mismo, tres segundos antes que los demás. Además era muy listo que aunque parezca lo mismo, no significa lo mismo (valga la redundancia) que inteligente. Otra gran virtud era su excelente salida al contraataque. Mi memoria waterpolistica abarca desde Seul  88, hasta hoy en día. Pues puedo decir que Lobo junto a Marco Antonio González y Manel Estiarte, han sido los auténticos genios de la contra en este país. Lamentablemente este tipo de jugadores está poco a poco desapareciendo del panorama, y en su defecto van surgiendo jugadores de un mismo pérfil robótico; fuertes, grandes y de un desparpajo equivalente al cero patatero. Yo me considero muy romántico (mi mujer lo puede corroborar,jeje) y prefiero los jugadores de la calle pero con concepto de juego. Ahora mismo, creo que Dani Ballart es el último gran héroe en este sentido.
La tercera gran virtud de Lobo era su amenazada. ¡Espectacular!. Muy bonita y junto a la de Ballart, para mi la mejor amenazada que he visto en mi vida. Sin tener gran potencia en su lanzamiento, la verdad es que Lobo lanzaba muy seco y eso dificultaba mucho el trabajo al portero. Por último y como cuarta gran virtud (tenía más pero yo me quedo con estas), es que era y en la vida lo sigue siendo, un auténtico ganador. Jugador de mentalidad guerrera y donde nunca daba ningún partido por perdido. En definitiva...un crack en toda regla.

Lo que debe disfrutar su familia con él. ¡Grande!

  He de reconocer también que mi llegada al equipo fue un estímulo para Lobo. Salvando las distancias creo que vio en mi algo que le recordaba un poquito a él cuando era joven. Tenía desparpajo, trabajaba duro, tenía carácter competitivo y me gustaba el cachondeo y estar todo el día alegre y contento, al fin y al cabo, como tiene que ser un joven. Tuvimos muchas cosas en común y eso que él era quince años mayor que yo pero nos llevábamos y nos llevamos actualmente, de fábula. Además tuve la suerte de jugar todo el año al lado de él en 4/5. A diferencia de cuando jugué con Chava, donde él era un cuatro claro y de ahí no se movía, con Lobo teníamos una alternancia de posición increíbles. Sin lugar a dudas, ha sido el compañero de fatiga con el que más me he divertido jugando y donde nunca parábamos de movernos y de buscar ocasiones en movimiento, sin olvidar, que ambos salíamos a la contra en cada jugada. Sin duda, me enseñó muchísimo. Otro de los grandes recuerdos que tengo deportivamente es que al acabar el año metí un gol más que él. Pero no por el simple hecho de quedar delante de él al acabar la liga, si no por el hecho que era él quien quería que así fuese. Siempre me decía "tú deja que me vengan a mi y aunque pueda fintar, tú tranquilo, el balón y el gol es para ti". Bufff.... ¡es que lo recuerdo como si fuese ayer!". Perdí la cuenta de la cantidad de goles que metí gracias a él y a Esforzado. Sobre todo en el hombre de más, donde Esforzado de uno, Lobo de dos y Trojan de cuatro, hacían de mi posición en cinco un auténtico paraíso.

  Con Lobo forjé una amistad que a veces, sólo jugando no se puede forjar por mucho que en el agua dos jugadores se entiendan tan bien. Por obra del destino, no sólo tuve la suerte de encontrarme al jugador perfecto para enseñarme a jugar y a cuidarme siendo tan joven, si no que dentro de la majestuosidad que es la ciudad de Barcelona, ¡Lobo y yo vivíamos a 100 metros de distancia! ¿Se llama a eso destino o casualidad?. Pues ahora vais a alucinar...Lobo vivía en la calle Aragón...¡Lobo es aragonés! ¿sabéis cuántas calles puede haber en Barcelona? Miles. Esto podría ser casualidad pero si os digo que yo vivía en mis últimos cinco años en Barcelona en la calle ...... (repican los tambores) VALENCIA!!! Alucinante, si señor.
Pero lo mejor de todo es el nombre de la calle donde vivo...es ya la repera..Actualmente vivo en la calle de .....

  Como os decía con Lobo me lo pasé genial. Cada mañana y cada tarde al acabar el entrenamiento, me llevaba a casa a bordo de su magnifica Shadow negra. Yo sólo tenía que que cumplir tres requisitos; el primero de todo es que yo me encargaba de tener mi casco de moto propio; el segundo es que nunca me olvidara el jabón olor albaricoque (¿por qué los veteranos nunca llevan ni jabón, gafas, gorro, etc, y se lo piden siempre a los chavales?jeje. Lo mejor lo hacía el Capitán General Gomá...pedía hasta el bañador y la toalla para secarse después,jeje); la tercera y última es que cuando él se cambiara (lo hacía en el vestuario de entrenadores) siempre tenía que estar preparado, que él nunca esperaba a nadie. La de veces que corrí un montón de metros porque siempre me despistaba en el vestuario escuchando lo que se iba a preparar para comer Salvatierra, jaja. No paraba nunca de hablar, jeje. Menos mal que existen los semáforos y ahí se paraba Lobo, que si no.
Por cierto, aparte del waterpolo, Lobo y yo teníamos una gran afición por entonces, nos encantaba el arte. No os imagináis el arte en las calles de Barcelona cuando llegaba la primavera. Brutal. Supongo que por este comentario me llevaré bien merecida una collejita de mi mujer, jeje, pero amorcito, eso era antes de aparecer tú en mi vida. Ahora tú eres el arte personificado.

  Con Lobo, también se fue uno de esos grandes veteranos que te educan, te enseñan, te motivan, te halagan y te dan la reprimenda cuando toca. Esto también se está perdiendo y los jóvenes que van llegando apenas saben que es eso, y sobre todo, no tienen ni idea del enorme respeto que había antes de los más pequeños a los más mayores. Una pena.
Recuerdo en mi primer partido oficial con el Poble Nou, fue la ida de los octavos de la Copa del Rey (antes se jugaba los 12 de División de Honor y los 4 mejores de Primera. Molaba mucho más) ante Terrassa. Yo estaba un poco "cagao" por ser mi primera vez (¿cuántas veces hay una primera vez para muchas cosas?) y nada más empezar el partido, atacábamos y a los pocos segundos perdimos el balón. Bien, Javi Aznar entonces en Terrassa, al igual que Pubill, Jordi Aliberch, el ucraniano Grachov o Robles entre otros, me cogió del gorro, me hundió y me pegó una patada en la cara que aún me duele creo, jeje. Luego salió a la contra y falló, enviando nuestro portero el balón al corner. Pues Lobo partiéndose de risa me dijo cuando me reincorporé a la defensa "Bienvenido a la División de Honor". Acábamos el partido 6-6. Metí tres goles. Al acabar me gané para siempre a Lobo y le pregunté en broma "¿Bienvenido a qué?, a la que me soltó "¡Así me gusta!" y me soltó un collejón de escándalo.

Waterpolo y Lobo. Un binomio perfecto. ¡Vuelve!

  De entre todas las cosas que me dijo, sólo una vez no le hice caso. Me dijo que un jugador llega a su cúspide a los 29 años. Lo dejé con 28, jeje.
Lobo tuvo la inmensa suerte después de jugar, de ser profeta en su tierra pero esta vez de entrenador del Plaza. Lo hizo muy bien a pesar que cogió un proyecto con una muerte anunciada, como así fue.
Grandes como él nunca deberían dejar este deporte y espero y deseo que la vida le devuelva al lugar donde se merece en este mundo a veces tan desagradable como el waterpolo. Tiene una mente privilegiada para este deporte y los jóvenes aprenderían lo máximo con él.

Eres el "puto" amo, Lobo. ¡Gracias por todo!

Pd; Sigo utilizando el mismo jabón de albaricoque,jeje.

Pd II; Amigos del Poble Nou, aún me debéis 240mil pesetas. ¡Págadme! En vez de llevar a vuestros jugadores del primer equipo con gastos pagados a Brasil a no se que hacer, sed personas y pagadnos a todos aquellos que e su día, lo dimos todo por ese club.

lunes, 18 de abril de 2011

Resumen de Jaén.

  Increíble, fantástico, espectacular, soberbio, maravilloso, único .... No tengo palabras para resumir una experiencia tan gratificante como agotadora, esta última sobre todo para los chavales.

  Antes de todo, quiero dar públicamente las gracias al Sr. Decano de la Universidad Politécnica de Valencia, por no permitir a Vicente Furió asistir al Campeonato de España Territorial Infantil, poniéndole a última hora exámenes y tutorías para con ellos poder obtener la licenciatura este mismo año. De no haber sido así, mi asistencia a dicho torneo hubiese sido testimonial con una única presencia el último día del campeonato, el domingo. Por una vez en esta temporada los astros que debían haberse alineado el día del Cataluña, se pusieron de acuerdo y me facilitaron esta gran oportunidad, que no por haberla vivido ya seis años era exenta de gran ilusión por mi parte. Eso y la enorme generosidad de mi presidente en el Turia, Ignacio Furió, permitiéndome acudir con todo su apoyo. Gracias presi.

Muchas gracias, jeje.

  No voy a profundizar mucho en los resultados obtenidos, ya que considero que no es lo más importante a estas edades. Una vez más conseguimos un quinto puesto con todo merecimiento y estuvimos a punto de colarnos en semifinales. Lo mejor sin duda, la excelente defensa de todo el equipo en todo en el torneo. Para mi y para otros muchos, la mejor defensa del campeonato. Pero repito, los resultados a estas edades no deben ser tenidos en cuenta, si no el trabajo realizado desde la máxima objetividad y honestidad. Y en este caso, todas las territoriales deben de sentirse tremendamente orgullosas de sus técnicos y jugadores.
Mención especial para la selección de Euskadi con un trabajo bárbaro por parte de todos sus integrantes. Sólo un calendario tan exigente como el que tuvieron, no le han permitido estar más arriba. Desde aquí, un abrazo enorme porque la mejora que yo pude observar fue muy alta.

  Respecto a nuestra delegación, no puedo estar más que orgulloso de todos. Liderando la expedición el alma máter del waterpolo valenciano, Enrique Benedí, que con su paciencia y experiencia, estuvo en todo momento facilitándonos todas las comodidades posibles y siempre muy atento con los chavales. Como segundo entrenador (Fury, no nos olvidamos de ti ni un solo instante y, gran parte del éxito de la expedición también es tuyo) Carlos Ndongo, que con sus acertadas decisiones en momentos claves de los partidos, todo resulta mucho más fácil para un servidor a la hora de llevar los partidos. A estas decisiones hay que añadir lo bien que sabe gestionar al grupo. Y como segundo entrenador adjunto, Fran Ortuño, que a pesar de ser su primera gran experiencia en este bello deporte del waterpolo, sus precisos análisis de los rivales a los que nos íbamos enfrentando sucesivamente, aún me facilitan mucho más todo. Eso y el grandísimo toque de buena persona que tiene como virtud.
Y ahora llegamos a los auténticos protagonistas de nuestra delegación; nuestros catorce pequeños "grandes" jugadores; Girona, Tébar, Bausá grande, Bausá pequeño, Salva, Bainat, Rión, Cremades, Ruíz, Miró, Soler, Rubio, Piera y Amat. Excelentes fuera y dentro del agua. Disciplinados pero pícaros, serios pero divertidos. En definitiva, perfectos. Fue muy bonito observar la perfecta interacción y cohesión entre ellos.
Por cierto, para mi, el mejor jugador del torneo y de largo fue Toni Rubio. Se los comió a todos. El premio se lo dieron a Bustos, un jugador formidable sin lugar a dudas. Lo que más me sorprende de todo es que a nuestra delegación no les dijeron nada sobre votar a este o al otro. Lo dejaremos como un incidente curioso.
Y no me olvido por supuesto de nuestros incondicionales, los padres de los chavales. Otro diez. Chapeau por ellos.

Foto para el recuerdo. Gran equipo.


  Otra parte que me encantó fue la pasión, amor e intensidad de todos los entrenadores de las diferentes territoriales, para con sus chavales. Disfruté viendo como disfrutaban. Para todos ellos un diez sin peros. Dieron lo mejor y eso los directivos de las territoriales no pueden juzgarlo. Repito, los resultados a estas edades carecen de valor. La formación sí es lo más importante.
Y hablando de entrenadores, volver a enfrentarme a ellos cuando hace unos años, hacíamos lo mismo pero como jugadores, no tiene precio; los Salvatierra, Samu, Carlos, Ferrán, se están convirtiendo en grandes entrenadores. Cuanto me alegro. Sin olvidar a mis buenos amigos, Ricardo, Isusko, Sergi, Murillo, Aguilera y Ríos, Jordi y Alfonso.

  Y finalizo como siempre con los árbitros.... en vaya lío se meten cuando vienen a estos campeonatos. No tienen nada que ganar y mucho que perder. No es justo que sólo pite un arbitro por partido. Si arbitrar es difícil, si encima estás tú solo... Acertaron y se equívocaron para todos en partes iguales. Nada que objetar.

Pd I; Esta dedicada a aquellos que les gusta las Pd,jeje.

Pd II; Nuestro Turia b consiguió por cuarto año consecutivo la liga de la Comunidad ante un buen finalista, el Elche. Gran trabajo, amigo Sergio, gran trabajo. Felicidades a ti y a tus chicos.

Pd III; Que diantres le habremos hecho nosotros a la Barceloneta. Nos ha metido 52 goles en dos partidos. Ya llegará nuestra hora, ya llegará, jeje.

 

viernes, 8 de abril de 2011

Tomás Fernández, mi maestro.

  A lo largo de mi vida de jugador he tenido mucho entrenadores. Entrenadores de todos los perfiles. De todo ellos he aprendido mucho, tanto de lo que hay como de lo que no hay que hacer. Sea como fuere, sólo puedo sacar conclusiones tremendamente positivas de todos ellos.

  De pequeño y durante mi adolescencia, tuve la suerte de haberme criado deportivamente hablando, en la U.E.Horta. Un club con historia pero siempre con la humildad y trabajo como bandera. En él siempre me encontré grandes entrenadores, sobre todo a nivel humano. Desde Quim Canet, Antonio Peña, Carlos Plá, Suso Cabrera, hasta Tomás Fernández. De los primeros guardo sobre todo sus primeras palabras de cariño y apoyo en mis inicios, allá por el año 1986-87. De los dos últimos obtengo lo mejor que puede desear un joven jugador, especialmente del último, de Tomás.

  Para mi, Tomás representa la persona más influyente aparte de mi familia. Primero lo tuve en algunos momentos como entrenador de natación, cuando en Horta era obligatorio compaginar hasta los catorce años, la natación y el waterpolo. Luego y durante tres años, de los quince a los dieciocho pude disfrutar de él sólo en el waterpolo.

Equipo absoluto. Generación 77-78-79.

  Que importante es para una persona joven, poder encontrar a alguien que te ofrezca algo más que el simple hecho de aprender algo. Los padres son vitales para el desarrollo de la persona, pero no es menos cierto que todo adolescente necesita alguien más en su vida que le guie y le aconseje. Hoy en día, a la mayoría de entrenadores sólo les importa la victoria y la manera de conseguirla. Se olvidan de los valores y las formas. Se olvidan de la formación de la persona. Por suerte para mi, en Tomás encontré mi guía tanto a nivel deportivo como personal. Tomás tenía entre sus muchas virtudes, dos por encima de todas. Una, que siempre te preguntaba miles de cosas para intentar conocer mejor al jugador y a la persona. La otra, es que siempre te escuchaba con una atención increíble. Le encantaba esos momentos con el jugador.

  Como entrenador era (digo era porque ya está retirado de este mundo, por desgracia) duro, muy duro. Siempre con la exigencia máxima. Era muy contundente y claro con sus jugadores. Nunca engañó a nadie. No como aquellos entrenadores que te dicen "sigue entrenando duro y ya verás como juegas" o cosas por el estilo, y que al final te sientes amargado porque ni juegas ni te sientes motivado. Él en el sentido deportivo, nunca te decía lo que uno quería oír, si no lo que realmente pensaba. Te exigía y te daba siempre muchas oportunidades. Luego era el jugador el que decidía cogerlas o desaprovecharlas. Pero oportunidades, siempre las dio. Luego, tenía una característica única. Al jugador joven que se dejara la vida entrenando, lo metía de golpe con el primer equipo a jugar. Y digo a jugar, no a meterle unos segundos, si no a jugar casi todo el partido.

Sus grandes consejos seguirán siendo escuchados.

  Tomás era (como yo) un asiduo de las charlas casi diarias a sus jugadores. Sé que a algunos de los entonces mis compañeros, como les pasa a algunos de mis jugadores, esas charlas podrían ser pesadas. Pues a mi me encantaban. Eran como esa siesta de verano después de ir a la playa por la mañana, que si no las haces, no eres persona por la tarde. Es más, yo siempre que podía, si el entrenamiento empezaba a las 20h, yo aparecía por la piscina alrededor de las 19h sólo para poder hablar con él de lo que fuese, porque lo mejor de todo era que hasta la hora de comienzo del entreno, menos de waterpolo, hablábamos de todo. Una pasada.

  Lo que más me gustaba es que siempre diferenciamos la relación que teníamos fuera y dentro del agua. Recuerdo un día, que entre las muchas lecciones que siempre me dio, la de mi último año en Horta. Yo aquel año fui el máximo goleador de Primera División y por entonces, llevaba una serie de partidos con una racha increíble de cuatro, cinco y hasta seis goles por partido. Me sentía el amo y pensaba que el equipo ganaba gracias a mi (yo no lo decía pero Tomás veía que yo estaba perdiendo la humildad, tan importante para trabajar en un equipo), así que el viernes antes de jugar contra el Hospitalet, el segundo mejor equipo de la liga por entonces, llegué al entrenamiento un minuto tarde, no dos, si no un minuto tarde. Tomás me preguntó el por qué de mi retraso y yo que no había tenido un buen día, le corté con un "cosas mías". En ese entrenamiento en el habitual hombre de más/menos me puso en el equipo de los teóricos titulares. Todo iba correcto por el momento. El sábado empezó el partido y con enorme sorpresa para mi, no empecé de titular. Pensé "es normal, Rubén, muy creído lo tienes y además llegas tarde y contestas mal. Olvídalo y enseguida vas al agua". Durante todo el partido fuimos por detrás, uno o dos goles y los minutos iban pasando. Yo me decía a mi mismo que tarde o temprano me tendría que sacar por narices. Y así lo pensé hasta que acabó el partido con empate a 11 y no había jugado ni un segundo. En toda mi vida, nunca me había pasado ni me pasó luego eso. Después de la charla en grupo, me acerqué a él y le pregunté el por qué de no jugar. Tomás me contestó que en la vida no todo es entrenar y jugar muy bien. Había que aprender y pulir unos valores de compromiso, humildad y compañerísmo, que eran imprescindibles para nuestro futuro. Ah, y que un equipo por muy bueno que sea uno, nadie es imprescindible. Gran lección me diste. ¡Gracias!.

  Cierto que con Tomás, aunque siempre estuvimos peleando por los puestos de arriba, nunca conseguimos ninguna liga ni medalla en Campeonatos de España, pero no es menos cierto que siempre lo hizo con equipos muy jóvenes y apostando fuerte por ellos. Fue él quien apostó y pulió a Dani García, a Raúl García (Mefroto), a David León, a Juamba Álvarez, a Octavi Martínez, a Xavi García o a mi. Todos jugadores luego de División de Honor. Marc Hernández y Marc Comas en su año de cedidos, también pasaron por sus manos.

  Tendré en un futuro los mismos años que el Capo, 135, y siempre recordaré y diré bien alto, que gracias a Tomás, mi vida obtuvo un gran sentido en el momento oportuno, cuando yo no tenía claro el camino a seguir. Intento siempre recordar sus consejos y enseñanzas, para poder ponerlas en práctica con mis jugadores.

  ¡Gracias maestro!

PD; Por cierto, maestro, desde que no entrenas.....¡ESTÁS ABURGUESADO!

jueves, 31 de marzo de 2011

La solidaridad de Mefroto.

  El otro día me dejé una anécdota bastante graciosa en la entrada que hice de Mefroto. En la temporada que ganamos la liga de Primera, 2002-03, había un equipo que nos costaba mucho ganarles, el Ondarreta de Madrid. Allí ganamos 3-4 en la última jugada (gol de Mefroto precisamente) y en el partido de vuelta la cosa no iba a ser fácil. Bien, el partido estaba siendo muy duro en todos los sentidos y, a mitad de la tercera parte con 5-8 para Ondarreta, nos disponíamos a realizar un hombre de más después de tiempo muerto. Yo hasta entonces había recibido más que un tonto, así que me encontraba demasiado caliente. Nos colocamos para empezar la jugada, yo de cuatro y Mefroto de dos. Después de mover el balón, cuando me vuelve a llegar lo cojo y lanzo a la primera. El balón golpea el travesaño y se dirige en una parábola perfecta de nuevo a mi posición. Yo nunca he sido un jugador duro, todo lo contrario, pero ese día había mucha intensidad y agresividad en el agua. Salto a por el balón y lo mismo hace mi defensor. De reojo observo que Mefroto también salta a por él. Pero no él ni yo, el defensa salta más que los dos y en ese momento le suelto un manotazo en toda la cara al rival. ¿Resultado? Exclusión con cambio de Mefroto y hombre de menos. Mientras nadamos hacía nuestra portería y ya con Mefroto en la zona de exclusión, el tío va y suelta al arbitro "arbitro, arbitro, que yo no he sido (pío,pío) ha sido Rubén" a la que yo le contesto "calla,calla capullo", pero Mefroto insistía "que le ha pegado él, excluyélo a él, joder" y yo entre que íbamos perdiendo, iba quemado de lo que había recibido y que mientras defendía el hombre de menos, había un chivato que no paraba de hablar, me giré a Mefroto y le dije "Estabas jugando muy mal, Mefroto, lo mejor es que te hayan excluido a ti". Mefroto que se subía por las paredes me soltó un alto y claro "¡Subnormal!", jajaja. Ocho años después recuerdo aquella jugada como si fuese ayer, jaja. Fue muy divertido.

  Ah, por cierto, ganamos 11-10 sin Mefroto. ¿Sabéis quién ganó ese partido y demostró que era imprescindible? No , no fui yo, fue Jordi Millán (ahora en Sabadell). Metió 5 chicharros que fueron la clave de áquel partido.

 

viernes, 25 de marzo de 2011

Raúl García. Para los amigos...El Mefroto.



Poder hablar de Mefroto me produce una gran satisfacción personal. No sólo por haber sido un buen jugador sino porque lo considero un AMIGO en mayúsculas. Es de lo mejor que conozco en este mundo. Quizás una de las razones es que Raúl y yo nos conocemos desde que empezamos a jugar a esto del waterpolo con apenas ocho años, en la U.E.Horta. Desde muy pequeñitos fuimos compartiendo mil una vivencias de todo tipo hasta llegar a nuestro último año de junior (lo que ahora sería la categoría juvenil). Un verano después yo me marché a Poble Nou y sólo un año después volvimos a coincidir esta vez en División de Honor. En esos dos años que volvimos a jugar juntos estrechamos aún más nuestra ya de por si, gran relación. Más tarde cuando el Poble Nou tuvo que renunciar a las ligas nacionales, Raúl fue fichado por Terrassa (donde Rafa Aguilar era por entonces el entrenador) y yo me fui a Valencia. Y sólo otro año después, Mefroto también fichó por el Valencia. En la capital del Turia pasamos juntos (aquí incluyo también a Jordi Millán) dos años maravillosos. La cantidad de historias o anécdotas son de lo más dispares, jeje.



Es un hombre elegante. Los trajes son gracias a él.

  Como persona Raúl es maravilloso. Honesto, leal, bromista pero con un humor muy genuino, extrovertido, muy amigo de sus amigos. Todo aquel que conoce por primera vez a Raúl, se parte con él y sus innumerables chistes o deferencia hacía aquello o lo otro. Yo, como lo conozco desde hace tanto tiempo, mientras los demás se mueren de la risa, callo y respiro profundamente mientras pienso "otra vez la misma broma" o "¡pero no cambiará el tío su repertorio!".

Raúl en la mítica piscina de Horta.

  Como jugador un diez, tanto en disciplina, humildad y ambición. Fue un ganador, muy rápido y versátil. De entrada eléctrica (cuantos goles habrá marcado él a pase de Dani García de esta manera..) de posición dos hasta dos metros. Siempre jugaba al máximo, era una pesadilla en defensa buscando constantemente el robo de balón cogiendo de la muñeca al atacante (su preferida) o sin coger. Muy intenso en la transición especialmente de defensa a ataque y las contras eran frecuentes en su juego. Nadar, lo que se dice nadar, nadaba una tira. No era el prototipo de un jugador de waterpolo (aunque he de decir que en este país...¿quién tiene el prototipo?) ya que no era grande aunque estaba muy fibrado y tenía fuerza. Tenía un gran lanzamiento a la primera tanto con balón controlado en el agua como lanzando a la primera después de un pase. Siempre se levantaba casi hasta las rodillas y dominaba mucho el lanzamiento con bote. En sus últimos años inventó el lanzamiento de rosca con bote...si,si, aún me estoy muriendo de risa viendo como ensayaba cada día ese tiro en los entrenamientos.
Recuerdo la "broma" pesada que le hacía cada partido jugado en Valencia, Signes, cuando aún estábamos en primera. Nunca le hacía jugar de titular, nunca. Siempre ponía en su lugar a un canterano para que la directiva y afición viesen que se invertía mucho en los de la casa. Algo que sería muy coherente sino fuese porque en todos los partidos que jugábamos como visitante, Raúl no sólo era titular, si no que jugaba los 32 minutos y su sustituto en los partidos de casa ni se tiraba al agua. Al año siguiente, ya en la máxima división, Raúl jugaba los 32 minutos de cada partido.

  A final de mayo del 2004, Mefroto negoció con el club un nuevo contrato (de hecho, ese año se acaba un ciclo y a todos nos tocó negociar nuevas condiciones). Él pidió 10 y el club le ofrecía 6. Lo normal. Ambos querían seguir con el proyecto y como se hace en estos casos, ni 10 ni 6, 8 y firmamos. Pues el día señalado para la firma, incomprensiblemente no se le renovó y tuvo que irse de Valencia. Raúl no se merecía un trato así. Dio mucho al club. Vino en Primera y lo subió a División de Honor. En la máxima división se quedó octavo y se jugó la Copa y los Play-off de liga. Entrenó bien. Jugó bien. Metió muchos goles y se llevaba muy bien con todo el equipo. Hubiese preferido perder un brazo en ese momento a cambio de no ver a un amigo salir por la puerta de atrás de un sitio donde tanto dio. A mi me hubiese encantado tenerle en mi equipo. Encajaría perfectamente en mi sistema.

Un hombre feliz.

  En estos momentos, Raúl vive en Lanzarote con su mujer y su hijo, Sebas. Como persona muy inteligente que es, nunca dejó de lado sus estudios mientras competía a buen nivel (jugó la Universiada de China, por ejemplo). Ahora es empresario y vive bien, muy bien. Se lo ha currado y además se lo merece. Y le gusta tanto el agua que ya que no puede seguir jugando a waterpolo, ahora se dedica a nadar con los masters en natación. ¿Os acordáis que hace unas líneas más arriba dije que nadaba un rato? Hace poco menos de dos meses durante el Campeonato de España de Masters, en Pontevedra, se colgó un par de medallas de oro. Apenas tiene tiempo para entrenar un par de horas a la semana pero aún así hizo 56 segundos en 100 crol. Ya le gustaría al mejor de mis chavales, acercarse siquiera un poquito, jeje.

Pd I ; Sólo él puede explicar porque le llamamos el Mefroto.

Pd II; Aún recuerdo como si fuese ayer una de sus muchas salidas de humor en aquellas interminables sesiones de hombre de más (de más de una hora) con Signes. El mister le preguntó debido a un pase equívocado "¿Cuál es la distancia más corto entre dos puntos?", a la que Mefroto respondió sin vacilar "¡qué pregunta más fácil, qué soy universitario! La parábola". Diez minutos donde nadie podía parar de reír, hasta el mister y aquello ya era dificil.

viernes, 18 de marzo de 2011

Árbitros: Los eternos incomprendidos.

   No tengo dudas que esta entrada va a dar que hablar a más de uno. Hacía bastante tiempo que quería dedicarle unas líneas merecidas a unas personas que da igual como lo hagan, siempre son criticadas. Sobre todo desde la crítica negativa y/o destructiva. Quiero resaltar para las mentes inquietas y mal pensadas que pudieran creer o pensar, que con este escrito pudiera (mi equipo, el Waterpolo Turia) obtener a cambio mejores arbitrajes para así salvar una hipotética permanencia en la División de Honor, que están bastante equivocados, aunque puedo entender que se les pase por la cabeza. En pocas palabras, nadie escribe nunca de los árbitros y el que lo hace, es para decirle de todo menos bonito. He esperado lo máximo hasta estar casi virtualmente en Primera. Quedan sólo 6 partidos de liga y el equipo que está delante nuestro, el Catalunya, tiene 10 puntos y nosotros 0. Además nos ganó en la primera vuelta en casa 6-11. Aunque el Catalunya ya no puntúe ningún partido más, a nosotros nos queda la Barceloneta, Terrassa y Mataró. Así que, ladies and gentlemen, somos equipo de Primera ya. Mal que me pese por otro lado.

  Seguramente, por no decir que seguro, en los últimos años he sido el entrenador nacional que más contacto ha tenido con los árbitros, no sólo gracias al campeonato nacional (Segunda, Primera o División de Honor), si no también a los muchos campeonatos de categorías a los que asisto. Sin ir más lejos, el año pasado estuve con los infantiles en Barcelona (piscina St.Jordi). Con los juveniles en Terrassa. Con el equipo B en la fase de ascenso a Segunda Nacional (tanto en la fase de Santiago de Compostela como en la de Canoe, Madrid). Con la Selección Valenciana infantil en la Final Territorial de Málaga. Sumando a todo ello, la Nacional, evidentemente, y todo lo relacionado con las ligas de la Comunidad Valenciana. Este año va a ser como mínimo igual o mayor, ya que aparte de repetir todo aquello, iremos a la final del campeonato de España cadete y a un par de torneos con la selección valenciana. Pues con todo esto, no puedo más que decir que el nivel del arbitraje español es muy bueno.

¿Véis? Hasta sonrien de vez en cuando.

  No me cuesta reconocer que durante mi etapa como jugador y, en mis primeros años como entrenador, no dudaba en catalogar a los árbitros como malos o muy malos, y de vez en cuando, había alguno que parecía que no lo hacía mal. Bueno, ninguno. Bueno, si, buenos eran siempre aquellos árbitros que pitaban los partidos que siempre ganábamos. Ese día, les aprobábamos el examen. ¿Cómo podía ser tan mononeuronal?

  Desde la categoría alevín territorial hasta llegar a la máxima división nacional, allá por donde vaya, siempre escucho el mismo discurso en muchos jugadores, entrenadores y directivos, "qué malos que son" "nos han jodido el partido" "así no mejoramos", etc. Pongo sólo un ejemplo para simplificar lo poco "inteligentes" que somos a veces los entrenadores: Juego un partido de liga nacional y durante todo el partido hago zona ´M´ ya que no tengo marcadores y los boyas del equipo rival son imparables. El equipo rival, en cambio, me juega a pressing todo el partido. Destaco que es un equipo donde sus marcadores de boya es lo más flojo que tienen. A favor conseguimos 12 exclusiones y 2 penaltis. En contra 10 exclusiones. Si alguien en teoría debería quejarse por sólo sacar 2 exclusiones y 2 penaltis más que el rival (yo en zona todo el partido y ellos en press) soy yo, pero no lo hago. Al finalizar el partido, el entrenador rival monta en cólera y dice que se siente enormemente perjudicado. En un principio puede llegar hasta entenderse pero si nos vamos a los antecedentes, es decir, si miramos la estadística de los partidos anteriores para ver lo que se obtiene a favor o en contra, el resultado es maravilloso. Hasta ese día, mi equipo tiene una media de 7 exclusiones y un penalti en contra. A favor, 11 exclusiones y un penalti. El equipo rival por contra tiene 14 exclusiones y dos penaltis y a favor 12 exclusiones y un penal. Esto es sólo un pequeño ejemplo de como se suele actuar. Un actuación que por otro lado carece de total objetividad.

Disfrutan con el waterpolo

  Evidentemente hay mejores árbitros que otros, más o menos como sucede con los equipos. Y al igual que en las divisiones de liga, los árbitros también se dividen por categorías. Abajo están los que empiezan y es por ello que fallan más de lo habitual...como nuestros jóvenes jugadores que también empiezan en este deporte. Y cada vez que vas subiendo de nivel y categoría, te vas encontrando mejores árbitros, lo normal.

  Una de las cosas que más me gusta es ir a hablar con ellos antes de empezar los partidos. Disfruto. Es una manera de intentar conocerles y observar que no sólo son unos hombres/mujeres que van de blanco, si no que se trata de personas con muchas cosas interesantes que contar. Las mejores ocasiones sin duda se dan en los campeonatos de 3/4 días donde la interacción entre todos es mucho mayor. ¿Y sabéis lo mejor de todo? Nunca les he oído criticar ni a un entrenador, jugador o equipo. ¿Por qué entonces, nosotros les criticamos siempre? Algunos no sólo es que sean buenos pitando ,es que se les ve que disfrutan como niños. Algunos de ellos tienen hasta blogs propio de waterpolo. Otros aparecen por muchos blogs solventando las dudas arbitrales que puedan haber por ahí. Los árbitros son una parte importante de nuestro deporte y criticándoles sin descanso sólo hacemos que manchar nuestra propia imagen.

  Recomiendo a todos los equipos grabar los partidos donde juegue su propio equipo. Es la mejora manera de analizar los propios errores y es en frío, donde podemos ser lo más objetivos con el arbitraje. A mi me va muy bien porque me doy cuenta que aciertan en un 95% de todas las decisiones en un partido. En el otro 5%  restante, en sus errores, me doy cuenta que unas veces me veo favorecido y en otras perjudicado. Siempre a partes iguales. Siempre he pensado que los partidos más importantes, casi siempre se acaba ganando o perdiendo de 1. Y son nuestros errores o aciertos los que desnivelan el partido a favor o en contra.

  Para entender a los árbitros hay que ponerse en su piel y que mejor manera que pitar nosotros nuestros partidos de entrenamiento. Aquí la empatía es total. A m me ha pasado con mis jugadores, donde el resultado no es importante ya que somos el mismo equipo. Daba igual lo que pitara, siempre había uno que se quejaba. Normalmente esa queja era debida a un error suyo. Si dejaba luchar en la boya, y el atacante metía gol, se me quejaba el defensa. Si la siguiente jugada, volvía a dejar jugar pero esta vez el defensor cogía la pelota, se me quejaba entonces el atacante. Justo en ese instante vi una luz e hice lo siguiente: Yo pitaba normal hasta que alguien por lo que fuese, se quejaba, entonces le preguntaba al jugador que se había quejado, que me diera su opinión de la jugada y que determinara lo que tenía que pitar. Así lo hice durante dos minutos y siempre el jugador al que yo le había pitado algo en contra, me "desautorizaba" y la falta era a favor de él. Lo que empezó siendo algo divertido para ellos, resultó una "cagada" contra los mismos. Me hicieron parar el partido y me rogaron que por favor, pitase lo que yo viese....aunque me equivocara...más o menos...lo que pasa con los jugadores, que unas veces fallan y otras aciertan. Desde entonces todos los entrenamientos que hacemos discurren desde el máximo respeto entre todos. Resultado: En estos últimos cuatro años, ningún jugador ni entrenador del Waterpolo Turia ha sufrido ningún partido de sanción ni ha tenido ninguna multa económica. ¿Cuántos equipos pueden decir lo mismo? Humildad y compañerísmo son los dos valores principales de nuestro club.

  Quizás la única pega que veo yo en algunos árbitros (pocos) es que aún siguen teniendo vicios dificiles de mejorar. Este aspecto lo veo desde la máxima objetividad posible ya que jugadores de primer nivel en mi equipo, aún no hay. Hay árbitros que siguen pitando por el nombre del jugador, cosa muy perjudicial sobre todo para el mismo jugador beneficiado. Estos mismos jugadores que en la liga obtienen todo a favor, cuando llegan a Europa o con la Selección, su actuación es cuanto menos, muy floja. Pero bueno, eso quien tenga que corregirlo, ya sabrá como tiene que hacerlo. En cuanto a los árbitros , me quedo con los jóvenes que vienen. Son más atrevidos y tienen más desparpajo. Eso se agradece mucho.

  Por cierto, no pongo ningún nombre de arbitro para no crear precedente ni que ninguno de sienta celoso,jeje.

   Pd I; Las excusas en las derrotas sólo limitan nuestro crecimiento como personas. Nos impiden mejorar y ver más allá del horizonte. No es el camino a seguir.

  Pd II; En contra de lo que se dice desde la FINA, considero que habría que permitir mucho más la comunicación entre árbitros y entrenadores durante los partidos, siempre que sea desde el máximo respeto entre ambos. Como en baloncesto. Le daría más brillo al partido esto en vez de sacar amarilla a la mínima. Es sólo una opinión.

martes, 15 de marzo de 2011

Aniversario

  Tal día como hoy hace ocho años (temporada 2002-03) el waterpolo en Valencia hizo historia. El tristemente desaparecido Waterpolo Valencia (podemos llamarle también Aguas de Valencia o Maybe Valencia) se alzó con la liga de Primera División. El año fue espectacular. Ese año donde la liga estaba dividida en dos fases con un total de 20 partidos, empezó y acabó mucho antes debido a la posterior celebración del Mundial de Barcelona.

  Aquel 15 de marzo del 2003, a las 17h se jugaba la 19ª jornada de liga en la piscina de patraix (Valencia) entre el primer clasificado, el Waterpolo Valencia, contra el cuarto, el Hospitalet. A la misma hora pero en St.Feliu se jugaba otro partidazo entre el equipo local (tercer clasificado y favorito al empezar la liga) de Nelson Riera, Sato Kenichi, Oscar Suadas, Sergi Ureña, Juanba Álvares, Álex Garrido, Sergio García, etc, contra el Horta (segundo clasificado a un punto del Valencia y con excelentes jugadores como Antonio Peña y José Luis Junquera).
A las 18h se dieron los dos resultados que todo el mundo esperaba; victoria 6-3 ante el Hospitalet y derrota del Horta. ¡¡Éramos campeones!! Una temporada después de haberme aventurado a probar una experiencia fuera de casa (Barcelona) conseguíamos el deseado ascenso. El equipo lo dirigía Jordi Signes, el cual aún sin sentimiento alguno por las formas y las maneras, hizo un gran trabajo consiguiendo el objetivo por el que había sido fichado. En presidencia, Vicente Vidallach, cuyo enorme esfuerzo desde muchos años atrás por fin era recompensado. Le debe mucho el waterpolo valenciano a Vicente. Lástima que no se supo gestionar como se debía un deporte como el nuestro.



De pie,de izquierda a derecha: Ramón Argente,Jesús Benavent,Zoltan Ridzyk,Jordi Signes(entrenador),Valero Tamarit,Itsvan Csaki y Dusan Holas. Abajo de izq. a derecha:Alberto Ayas,Raúl Navarro,yo,Roberto López,Raúl García,Jordi Millán,Joan Vidallach y Pablo Álvarez.

  Celebrar una liga en casa no tiene igual, pero si encima lo celebras ganando 18 de los 19 partidos jugados hasta la fecha (el otro un empate en St.Feliu), el mérito aún es mayor. Y si encima ganas la liga un 15 de marzo, inicio de los cinco mejores días de falla para la gente joven, pues mejor no hablamos, jeje. Seguramente una de las mejores semanas que he tenido en mi vida. Eso si, Signes no tuvo ni un miramiento con nosotros, seguimos entrenando mañana y tarde toda la semana...a muerte. Donde manda patrón no manda marinero. ¿Resultado? Derrota en el último partido de liga y una semana entera para recuperarnos.

  La clave de un año espectacular fue sin duda la enorme cohesión entre todos los integrantes del equipo. Todos éramos uno y nadie quería destacar por encima de nadie. Éramos una gran familia donde la humildad predominaba. Era un gran equipo que si no se hubiera apenas retocado, habría permanecido sin problemas en División de Honor.

  Mención especial para Millán, Roberto y Mefroto (los tres tendrán su merecida entrada a su debido tiempo). Tres pedazos de cracks. ¡¡Vaya año más brutal!! Conquistamos Valencia,jeje. Chicos....¿repetimos?

  Ese ascenso marcó el inicio y seguramente el final de una misma etapa. Se empezó a fichar demasiado. Algunos de un nivel excelente como Chava, todo un acierto. En otros muchos se erró enormemente. Se pagó lo que no había para pagar. Se olvidó dar oportunidades a los chavales de la escuela. El final es de sobras conocido pero no por ello hay que quitar el enorme mérito que hubo en aquel bonito sueño. Lo importante es aprender de los errores.